Los motores de búsqueda, como Google, son desde hace años un modo rápido y conveniente de obtener toda la información que hay disponible en internet. Bueno, no toda. Existe una parte del contenido de la web que está oculta a los motores de búsqueda tradicionales. Ejemplos muy claros de esto serían los servicios de web mail o la banca online. Esta parte oculta de la web se conoce como deep web y es el resultado de una necesidad clara que nadie discute. Obviamente no queremos que nuestros mensajes personales sean la comidilla de la oficina, ni que cualquiera esté al corriente de la vergonzosa cantidad que gastamos cada mes en sushi. La dark web, en cambio, es mucho más controvertida.
El origen de la dark web
En los años 70, existía ARPANET, una red de redes que fue el germen primigenio de lo que hoy conocemos como Internet y que estaba restringida al uso académico y militar.
Dentro de ARPANET aparecieron algunas redes conectadas pero a la vez "aisladas" de ARPANET que pronto se conocieron como las darknets. Estas redes podían recibir información desde ARPANET, pero no aparecían en los listados e ignoraban las peticiones de otros nodos de la red.
Hoy día el término darknet se emplea para referirse a aquellas redes superpuestas a Internet que sólo pueden accederse mediante software y protocolos específicos y no comunes. La complejidad añadida se justifica por una única razón: la privacidad real. De esta forma, la dark web está conformada por todas esas darknets y es a su vez una porción de la deep web.